Si escuchamos activamente, consciente y empatico, convivimos bien con el mundo.

Alguna vez te ha pasado de preguntar a las personas la típica pregunta ¿Cómo estás? y seguimos nuestra conversación como si nada hubiera pasado, dando por sentado que la persona nos va a decir “estoy bien”.

 La pregunta es ¿realmente nos interesa saber cómo se siente el otro?

¿Queremos escuchar qué tiene para decirnos esta persona con la cual estamos dialogando? La escucha activa es un puntapié fundamental de la Comunicación No Violenta y nos invita a comprender sin juzgar al otro.

¿Qué vas a encontrar en este post?

¿Qué es la escucha activa?

Según Wikipedia, la escucha activa es una técnica y estrategia específica de la comunicación humana.

En 2002, Michael Rost (autor de Teaching and Researching Listening) la definió como «un término genérico para definir una serie de comportamientos y actitudes que preparan al receptor a escuchar, a concentrarse en la persona que habla y a proporcionar respuestas (feedback)».

La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.

Está claro que la escucha activa es una parte importante del proceso de comunicación, ahora bien, escuchar activamente y con conciencia plena, significa estar totalmente presentes y concentrados en el mensaje que el otro individuo intenta comunicar.

¿Cómo podemos lograr una escucha consciente y empática?

Y aquí retomamos la pregunta inicial ¿Cómo te sientes? y es que si en verdad queremos escuchar y comprender al otro, es fundamental demostrar que estamos presentes en ese momento, ya que en muchas ocasiones estamos pendientes de lo que nosotros sentimos y de lo que nosotros decimos en vez de escuchar activamente al otro.

Estamos programados para hablar de nosotros. Se ha demostrado que hablar de uno mismo activa áreas del cerebro relacionadas con el placer por lo que resulta normal que prefiramos escucharnos a nosotros mismos que a los demás.

Es por esto que queremos compartirte algunas técnicas de la escucha activa y los beneficios que ofrece:

Evitemos juzgar

Escuchar sin juzgar a la otra persona o sacar conclusiones apresuradas ya que en el momento en que piensas o actúas como un juez pierdes tu aptitud como buen escuchador.

No demos consejos

En lugar de dar millones de consejos o apabullar a la otra persona con lo que nosotros hicimos lo haríamos en tal o cual situación, lo ideal es poder escuchar de manera consciente y acompañar para que la otra persona pueda descubrir sus propias soluciones.

En todo caso, si crees que tienes una forma de ayudar a la otra persona, puedes preguntar a tu interlocutor: “¿Te gustaría escuchar lo que opino al respecto?”

No interrumpas a menos que sea imprescindible

Cuando alguien interrumpe está indicando que:

  • Lo que tengo que decir es más importante que lo tuyo.
  • Esto no es una conversación, es una discusión y quiero ganarla.
  • No me interesa escuchar los detalles de tu opinión.

La escucha activa por otra parte, deja a la otra persona expresarse y que sea él quién guíe la conversación. No realiza preguntas o sugerencias innecesarias.

Enfócate en los detalles.

Si estás conversando y eres capaz de recordar algún detalle, no dudes en mencionarlo, por pequeño que sea, vas a generar un efecto muy interesante en el otro, ya que sentirá que realmente le prestaste atención, por lo que probablemente se anime a sincerarse y abrirse todavía un poco más.

Repite palabras o ideas

Es una forma de evidenciar que estás escuchando y lograr así que la otra persona esté más motivada para seguir hablando.

Manifiesta sentimientos en tus ideas para que la persona se abra emocionalmente

No te limites sólo a repetir literalmente lo que acabas de escuchar: intenta interpretarlo en términos de las emociones que la otra persona pueda estar sintiendo. 

Acompaña y ayuda a la persona para que esclarezca sus pensamientos y sentimientos

Esto lo puedes hacer con preguntas abiertas sobre sus emociones.

También puedes plasmar lo que crees que te acaba de decir para que te aclare, niegue o confirme lo que has interpretado.

Utiliza la comunicación no verbal Utiliza 

Demuestra tu atención colocando todo tu cuerpo de frente a tu interlocutor, mantén una postura abierta (evita cruzar brazos y piernas) e incluso anímalo a que siga conversando con gestos de expectación como levantando las cejas.

Respeta los silencios

Los silencios dan tiempo a las personas a pensar y encontrar las palabras más precisas.

Evita los siguientes errores que pueden generar ruidos en la comunicación y una interrupción en lo emocional:

  • Minimizar la trascendencia de lo que te están diciendo con clichés como “No es para tanto” o “piensa que hay otras personas que están peor que tú”. 
  • Mantener una actitud condescendiente y compasiva, con frases como “Oh, pobre…” “Me imagino como te debes sentir.”
  • Acabar las frases por la otra persona cuando a ésta le cueste encontrar las palabras o haga pausas. Esto da lugar a que la otra persona crea que tienes prisa para que termine de hablar.
  • Si tu interlocutor se pone muy emocional, acéptalo sin críticas ni juzgarlo.

Escucha activa: virtud clave para la convivencia social.

Podemos decir que la escucha activa es uno de los factores esenciales para lograr una sana convivencia social.

Si pudiéramos no estar mirándonos el ombligo todo el tiempo y hablar de nosotros mismos, sino también escuchar y estar presentes en el momento en el que conectamos con la otra persona, se podrían solucionar muchos inconvenientes a nivel social, familiar, político, económico y religioso.

Poder reemplazar nuestra respuesta usual basada en juicios moralistas por otra basada en la empatía y la escucha activa, puede mejorar nuestra vida y la de quienes están a nuestro alrededor.

¿Te animas a probar?

Fuentes

Breve guía para la Comunicación NoViolenta. Texto: Luis M. García (Cambios Posibles). https://habilidadsocial.com/escucha-activa/

Photo by Cristina Gottardi on Unsplash